La Atlántida y Lemuria, son dos de los más grandes misterios de nuestra historia humana. Hace más de 10 mil años la geografía de la Tierra era diferente a como es en la actualidad. Se cuenta que existieron dos continentes más, uno de ellos ubicado en medio del océano Pacífico y que en las leyendas es conocido como “Tierra de Mu” o “Lemuria“, y el otro ubicado en el océano Atlántico en el hemisferio norte y que correspondería a la legendaria “Atlántida“. Se cuenta que en cada uno de esos dos continentes habitaba una raza de “seres” pensantes con una civilización muy avanzada y que su poderío abarcaba todo el planeta.
Mu es el nombre de un continente o isla mitológica que, según algunas creencias, habría existido y desaparecido en el océano Pacífico, relacionado a menudo o confundido con la Atlántida. A Mu también se le suele llamar o confundir con Lemuria. Se cree que constituiría un gigantesco continente, anterior a África y a la Atlántida y que habría sido destruido por alguna catástrofe de índole natural.
Entre las hipótesis de los partidarios que creen que tanto la Atlántida como Lemuria hayan existido, se piensa que Lemuria estuvo primero, pero que quizás en algún momento de la historia compartió la misma época que la Atlántida, y posteriormente su mismo destino: la aniquilación.
El nombre de Lemuria proviene de lémur, animal parecido al mono que vive en África, en el sur de la India y en Malasia. El zoólogo británico P. L. Sclater, que ideó el término Lemuria, aseguró que el extenso continente se extendía desde Madagascar por el sur de Asia hasta el archipiélago malayo. Era un inmenso hábitat de lémures cuando fue invadido por el mar.
Respecto al mono de África, ¿recuerdan nuestra comparación inicial con el homínido de Sumeria usado por los “dioses que vinieron del cielo” para crear a un híbrido que luego sería el hommo sapiens? ¿Casualidad?
Esta teoría fue confirmada por el hallazgo de animales fósiles semejantes, en zonas tan apartadas como la provincia sudafricana de Natal y el sur de la India. Entre otros evolucionistas del siglo XIX, el británico Thomas Huxley expresó su creencia en Lemuria, y el biólogo alemán Emst Haekel sugirió que el desaparecido continente pudo haber sido «cuna de la humanidad». De este modo surgió la hipótesis de que Lemuria fue sede del Paraíso Terrenal. Haeckel postulaba que la evidencia de la evolución humana se podía encontrar en las Indias Orientales Holandesas, y describió esas teorías con gran detalle, reconociendo que los simios y humanos tenían un origen común, y que debía de haber habido una especie intermedia, y el lugar de su aparición habría sido Lemuria.
La primera mención conocida de Mu aparece en las obras de Augustus Le Plongeon (1825–1908), un viajero y escritor del siglo XIX, que llevó a cabo investigaciones de las ruinas Mayas , en la península del Yucatán. Anunció que había traducido las antiguas escrituras Mayas, que demostraban que era una civilización más antigua que las de Grecia y Egipto. Además contaba la historia de un continente incluso más antiguo, llamado Mú, que se había hundido de una manera similar a la Atlántida y cuyos sobrevivientes fundaron la civilización Maya.
En 1864, el abate Brasseur estaba intentando traducir un códice maya usando un “alfabeto” compilado por el conquistador Diego de Landa. Ahora bien, la escritura maya era algo similar a la japonesa o la egipcia, ya que usaba ideogramas que también tenían valor fonético: por lo tanto carecía de alfabeto. Lo que el español había encontrado era un conjunto de símbolos que, leídos en voz alta, sonaban como las letras del alfabeto latino. Brasseur entendió que el códice narraba una catástrofe volcánica que había destruido un continente entero. Su nombre se expresaba en dos símbolos que correspondían a las letras “M” y “U”. Así nacía Mu.
Posteriormente otro que propuso la existencia del continente Mu fue el coronel James Churchward, oficial del ejército británico en la India. Todo empezó cuando se hizo amigo de un sumo sacerdote de un templo hindú que tenía en su poder unas tabletas de barro que habían sido guardadas y olvidadas a lo largo de los años por los sacerdotes hindúes. Con el paso del tiempo, Churchward y el sacerdote hindú fueron descifrando la existencia de una civilización madre que había crecido, florecido y repentinamente decaído. Churchward siguió recopilando datos de este enorme rompecabezas cuyo resultado fue una extensa imagen de Mu narrada en el libro Mu el continente perdido.
Churchward dijo que las grandes civilizaciones de Egipto, Babilonia, Persia, griega, la India y china tenían como origen a Mu, Lemuria o Mukulia.
Se cree que Churchward encontró el alfabeto de Lemuria-Mu, en donde incluso aparecía representada la esvástica. Se piensa que y de acuerdo a Churchward, Lemuria tuvo un gran avance tecnológico y social; a esta época se le conoce como el imperio de Mukulia.
Ruinas de Yonaguni. Okinawa, JapónSegún los partidarios de la existencia de Mu, las referencias supuestamente encontradas por Churchward sobre una tierra más allá del gran mar oriental, el océano Pacífico, patria de una gran civilización solar, cuna de la antigua cultura del valle del Indo, civilización de la Edad del Bronce que se desarrolló desde 3300 AEC. hasta 1300 AEC. en el noroeste del subcontinente indio, abarcaba cerca de un centenar de asentamientos y dos ciudades importantes: Harappa y Mohenjo-Daro; esta última muy controversial, aparece mencionada en el poema épico Mahabharata (gran epopeya religiosa, filosófica y mitológica de India), en donde se hace una descripción de una guerra y del uso de un arma mortífera con efectos desbastadores sobre las personas, animales, vegetación, árboles, objetos, agua, etc., algunos estudiosos y eruditos del tema aseveran que los relatos del Mahabharata se referían a guerras nucleares, ya que aparecieron cadáveres presuntamente con niveles de radiación, esta hipótesis podría ser confirmada con los antiguos textos sumerios; en la actualidad algunas expediciones a Mohenjo-Daro han descubierto extensos terrenos vitrificados, como si de una explosión nuclear se tratara, lo más asombroso de esto es que las historias están datadas a más de 4000 años AEC. Se piensa que Mohenjo Daro y Harappa eran colonias de sobrevivientes de Lemuria.
“Cuando la Estrella de Bal (¿Posible meteorito?) cayó allí donde hoy no hay sino mar, las siete ciudades retemblaron con sus puertas de oro y su templos, elevóse una gran llamarada y las calles se llenaron de espeso humo. Los hombres temblaron de miedo , y un gran gentío se agolpó en los templos y en el palacio del Rey. El Rey dijo: – ¿No les había predicho todo eso? -. Y los hombres y las mujeres , vestidos con sus preciosas ropas, adornados con sus maravillosos collares de pedrerías, le rogaron y le imploraron: – ¡Sálvanos Ra-Mu! – Pero el Rey les profetizó que habían de morir todos con sus esclavos y sus hijos y que de sus cenizas nacería una nueva Raza humana…”.
Pues bien, este fue un un importante descubrimiento en relación al continente Mu sumado al de Le Plongeon; y la hipótesis de Churchward estaría confirmada ya que los jeroglíficos de la cultura del Indo eran sorprendentemente parecidos a los de la isla de Pascua en las costas chilenas, cercana a la ubicación más conocida de Mu. Pero Churchward no solo encontró las tablillas en la India, también logró encontrar otras en Lhasa, Tibet.
Según las tablillas, el hombre primitivo apareció en Mu hace dos millones de años y dio origen a una raza muy selecta de 64 millones de individuos. Entonces el continente fue totalmente destruido por una única y violentísima erupción. Hubo, no obstante, algunos supervivientes de los que surgieron las razas que actualmente habitan la Tierra. Churchward afirmaba que la extensión del continente era de 9.600 por 4.800 kilómetros y su centro estaba próximo al sur del ecuador.
Sesenta y tres millones de personas vivieron en el ahora continente perdido de Mu hace 200.000 años. Los hijos de Mu se volvieron las personas más influyentes en la Tierra. Mu tenía un gobierno increíblemente sofisticado, una cultura floreciente y una tecnología científica. Mucha de la civilización lemuriana vivía en casas con techos transparentes. Ellos construían refugios, hacían ropa, comida, y sus propias herramientas.
Se cree que todas las religiones tienen un origen común en Mu. Hay evidencias de que la religión de Mu data de hace 170.000 años. Churchward explica las afinidades que existen entre las lenguas mayas y griegas. Estas contienen palabras muy similares que provienen de la lengua de Mu.
Un mapa de Churchward muestra cómo pensaba que los refugiados de Mu se esparcieron después del cataclismo a través de Sudamérica, a lo largo de las orillas de la Atlántida y hacia África.
Churchward viajó también desde la India a Mesopotamia, Siria y Egipto en busca de las evidencias y rastros de las antiguas civilizaciones pre-diluvianas. Tras su pase a la reserva, se estableció definitivamente en Nueva York donde se dedico a viajar por el Oeste de Estados Unidos, Méjico y América Central en busca de esas mismas evidencias que demostraban una línea común en el estilo de esos caracteres arcanos.
Posteriormente a los trabajos de Churchward, muchos investigadores, arqueólogos y eruditos han encontrado un sin fin de pruebas y hallazgos arqueológicos entre los que se encuentran los 270 caracteres pictográficos figurativos encontrados en multitud de sellos de esteatita durante las excavaciones en las ruinas arqueológicas de las ciudades ribereñas del Indo, situadas en las regiones del Sindh, Lothal y Gujarat. En Mesopotamia (antigua Sumeria), las ruinas arqueológicas de las ciudades antediluvianas de Eridu, El Obeid, Uruk y Djemdet se encuentran estelas con caracteres ideográficos de corte similar a los Indostánicos rescatadas de entre los restos de sus colosales edificios de terrazas y templos.
Uno de los tantos símbolos encontrados llama la atención: la esvástica. Pero no se trata de los Nazis, estos copiaron el símbolo por alguna razón. Debo aclarar que la Alemania Nazi tuvo un gran interés en temas esotéricos, se podría decir que le dieron la vuelta al mundo en busca de secretos y de la soñada raza aria de Hitler.
Hasta hace poco podía afirmar “todos los caminos llevan a Sumeria” pero ahora me parece que de Sumeria tendremos que seguir mucho más atrás en el tiempo, a la Atlántida y Mu.
Algunos símbolos cósmicos aparentemente pueden ser derivados de Lemuria. La construcción de los montículos servía no solo como hogar sino como una fortificación contra razas salvajes provenientes de los estados del norte. Algunos descubrimientos sugieren el culto a la serpiente.
Y aquí hago otra comparación; la serpiente (reptil) es “adorada” y/o mencionada en muchas de nuestras culturas, como la Maya, la Egipcia, la Sumeria, el Génesis Bíblico y como no también por los Atlantes y Lemurianos; pero ¿porqué? No quiero entrar en una polémica conspirativa al estilo de David Icke, pero definitivamente debo mencionarlo. La adoración al “reptil” ha formado parte de nuestra cultura desde que tenemos historia, es que ¿de verdad somos “esclavos” de alguna raza reptiliana?
El culto a la serpiente tiene una connotación con los hombres serpientes. Los hombres serpientes eran seres dotados de gran sabiduría y según los descubrimientos de las creencias de las naciones antiguas estos seres dotados de gran sabiduría eran provenientes del “cielo” según las creencias de estos pueblos.
William Niven (mineralogista y arqueólogo) encontró unas tablillas con caracteres similares a las de Churchward en Méjico, contando más o menos lo mismo. También se hallarón inscripciones en los monolitos de Tizec y en las Tablas de piedra de Azcopotzalco. Luego se encontrarían caracteres análogos en Glozel en Francia, donde aparecieron dibujos de hombres vestidos y dinosaurios en la prehistoria.
Se alude a su vez sobre la existencia de una prueba bastante contundente. Parece ser la serie de indicios de una supuesta emigración masiva ocurrida hace miles de años desde la zona este del Pacífico, cerca de la costa sudamericana.
Estos indicios (que constituían hechos aislados), sugerirían que varias civilizaciones antiguas tendrían un origen común en Mu. Estas son el antiguo Egipto, Asiria, la civilización del valle del Indo, el Perú preincaico, la isla de Pascua, y en menor medida, las culturas pre-mayas. Compartirían similitudes artísticas, arquitectónicas y lingüísticas (todas ellas utilizaban un sistema de escritura jeroglífica), creencias comunes (de tipo solar), y Egipto, Asiria y los nativos pascuenses conservarían una leyenda bastante similar: en Egipto y Asiria se trataba del mito originario de La Atlántida, y en Pascua existe la memoria de una antigua patria llamada Hiva, que se hundió por un cataclismo, y que produjo una emigración a la isla de Pascua.
El testimonio de los aymaras de Perú y Bolivia constituye otra evidencia de esta memoria común, ya que también hacen referencia a esta tierra perdida y en la misma ubicación, aunque en este caso la isla-continente se llama Atl-Antis (tierra antigua), de cuyo nombre no puede negarse el enorme parecido con Atlántida. Lo cual no tiene sentido, ya que como se cree Mu y la Atlántida son dos continentes distintos. Los defensores de esta teoría también afirman que más al sur del continente americano, las leyendas sobre la desaparecida tierra ancestral se realzan en la mitología del pueblo indígena mapuche, del sur de Chile y la Patagonia Argentina, quienes incluso mencionarían ser descendientes de una raza venida de una tierra tragada por las aguas, la cual justamente según su historia llevaría el nombre de Mu.
Los antiguos texos de los indios Hopi rezan: “Has visto, dijo Sotuknang, He borrado hasta las huellas de donde han venido. Debajo de las profundidades del mar yacen todas aquellas orgullosas ciudades, los patuwvotas (platos volantes), los tesoros y la gente corrompida por la maldad que no tuvieron tiempo para cantar sus plegarias al Creador desde la cima de las montañas. Pero llegará el día, si conservan su memoria y el significado de su Surgimiento, en que ese sendero (las islas) que atravesaron para llegar hasta aquí vuelvan a emerger para así ustedes poder probar la veracidad de su historia“
Bastante curioso este último párrafo, aunque no sabría decir si se refieren a Mu o a la Atlántida.
Entrevista a Antón Ponce de León PaivaAquí debemos recapitular en algo, y es que hasta ahora se ha hablado de Mu y Lemuria, pero ¿no es lo mismo? Aparentemente no! La localización exacta de Lemuria varía con autores e investigadores diferentes, aunque es parte de los misterios de la región pacífica fluyendo hacia el continente americano, así como la Atlántida está ligada a las áreas de tierra del Atlántico que se extienden al Mar Mediterráneo.
Algunas teorías hablan de:
Mu como el continente “Padre” y Lemuria sus pobladores
Mu como el continente “Padre” y Lemuria como “parte” de del continente principal
Mu como el continente y Lemuria como la raza/civilización (proveniente del mono de África)
Mu como un continente en el océano pacífico y Lemuria como otro continente en el océano Índico
Se supone que Mu estaba situado en el océano Pacífico y que su tamaño doblaba el de Australia. La leyenda afirma que Lemuria ocupaba la mayor parte del océano Índico y unía África con Oceanía. Hay varias fechas para la línea de tiempo lemuriana, algunas colocándola hace millones de años, mientras que otros definen la era lemuriana aproximadamente de 75.000 a 20,000 AEC, antes de los atlantes. Otros especulan que la Atlántida y Lemuria co-existieron por miles de años.
En un intento de simplificar las “posibles” teorías, se podría decir que primero estuvo habitada Lemuria, por “seres del cielo”; pero Lemuria fue víctima de una catástrofe que la destruyó. Esto dio paso a Mu, que pasó a ser la “cuna” para la primera civilización humana. Esta también sería arrasada por algún evento cataclísmico. Y por último tenemos a la Atlántida, que pudo haber evolucionado muchísimo, y como sus predecesores, también desapareció.
Es posible que continentes como Lemuria, Mu y la Atlántida hayan existirlo, pues los terremotos, las inundaciones y las erupciones volcánicas han cambiado numerosas veces la faz de la Tierra.
Seguramente continentes ahora separados por miles de kilómetros estuvieron una vez juntos. Ello explica que en partes diferentes del globo aparezcan plantas y animales de la misma especie. Hoy se sabe que los continentes actuales se han disgregado de una primitiva masa única. Pero el fenómeno se produjo mucho antes de la aparición del hombre. Este fenómeno es la teoría de la “deriva de los continentes”, del geólogo Alfred Wegener, la cual plantea, a grandes rasgos, que los continentes estaban unidos en una sola masa de tierra llamada Pangea, la que, con el paso de los años, fue desmembrándose en fragmentos más pequeños que a veces se hundían en el océano para no surgir nunca más. Así se explica el hecho de que, si bien los continentes parecen encajar unos con otros, hay partes en que parece faltar un pedazo para completar el rompecabezas. Y los estudiosos de las “piezas perdidas” afirman que éstas serían Lemuria, Mu y la Atlántida.
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